Para el desarrollo de esta sesión contamos con la presencia de tres profesionales del ámbito de la medicina, psicología y trabajo social, quienes antes de dar comienzo a sus presentaciones, advierten de la dificultad y complejidad que conlleva un proceso de valoración y la necesidad para un desarrollo adecuado del mismo, del trabajo en equipo y en coordinación por parte de estas tres ramas profesionales.
Comenzando con la intervención de Ana Tovar, la trabajadora social, nos hace una breve introducción abordando cuestiones como las funciones de los equipos de valoración orientación e información. Nos sitúa el eje del procedimiento de valoración en el Real Decreto 1971/1999. Y para concluir con la fase introductoria, nos muestra los aspectos a considerar en el cálculo del grado de discapacidad entre los que destaca: la valoración de las deficiencias físicas, sensoriales y sociales así como cada patología o circunstancia social entre otros.
Según expone la trabajadora social, el baremo que se utiliza para valorar los factores siguientes, junto con sus correspondientes ítems, y que pueden limitar dicha integración son: el factor familiar (ausencia de miembros responsables de la unidad familiar y relaciones intrafamiliares que dificulten la integración del discapacitado), factor económico (salario mínimo interprofesional, ingresos familiares y gastos de vivienda y extras de carácter prolongado), factor laboral (valorando la edad y las diferentes situaciones en relación con el empleo) y factor del entorno (considerando la carencia o dificultad de acceso a diferentes recursos, dificultades en vivienda o barreras arquitectónicas y problemas de rechazo social).
Continúa la sesión Carlos Melero, presentándonos el Real Decreto 1971/ 1999 como el eje que vertebra el proceso de valoración. Tras esto, el médico nos muestra, las normas generales de interés médico, entre las que destacan las actividades de autocuidado (vestirse, comer, etc) y las actividades de la vida diaria (comunicación, actividad física etc).
Para finalizar su intervención, el médico nos presenta, una de las partes más importantes de la valoración puramente médica como es la clasificación de sistemas y aparatos y las diferentes enfermedades que pueden presentar. Dejándonos muy claro, que no se valora la enfermedad en sí misma, sino la repercusión que tiene en el desarrollo de su vida, las secuelas que le produce su padecimiento.
Concluyendo la ponencia, se trata la valoración psicológica. Distinguiendo tres grandes bloques o aspectos, en los que se centra el desarrollo de la misma, así como, los pasos que se siguen para su valoración y determinación. De esta manera, la psicóloga Encarnación Bastida nos habla en primer lugar de capacidad intelectual y la tipología que se puede encontrar dentro de este aspecto: retraso madurativo, capacidad intelectual límite y retraso mental leve, grave y profundo.
Otro cuestión a considerar en la valoración psicológica, es el trastorno del desarrollo, en el cual pueden aparecer indicadores, que reflejen autismo, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o trastornos del aprendizaje.Y por último, las enfermedades mentales entre las cuales podemos distinguir: trastornos mentales orgánicos, esquizofrenia, trastornos afectivos, de ansiedad o personalidad.
Encarnación Bastida concluye, exponiendo los pasos, que se llevan a cabo en la valoración psicológica, es decir, a través de qué instrumentos se desarrolla la valoración de los aspectos psicológicos y destaca los siguientes: entrevista, observación directa, informes aportados, pruebas descriptivas así como psicométricas.