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El próximo curso 2013 saldrá como Título de MASTER. El calendario académico y la matrícula serán muy similares al actual Curso de Experto.
Para alumnado con Diploma de Experto en Artemediación: Está en fase de aprobación la sustitución del Título de Experto a Título de Master, tras la realización de 20 créditos faltantes. Deseamos que los precios sean lo más ajustado posible.
El Artemediación es una intervención artística en el ámbito social, bien sea individual o en contextos de grupos, para su inclusión y bienestar. Practicar arte resulta un actividad muy gratificante. Desencadena sentimientos y estimula la esperanza, la autoaceptación y el logro personal. El A.M. se afana en la felicidad, mediante la confianza, el disfrute, la empatía, la ecuanimidad y todas las fortalezas que entran en juego cuando practicamos el arte.
El Arteterapia es el punto de partida del Artemediación. El Arteterapia ha rebasado unos límites estrictamente terapéuticos, realizando intervenciones artísticas sin que se enfoquen ya desde lo patologizante. Es aquí donde comienza el Artemediación (A.M.)
El A.M. trabaja en el marco social y psicosocial, tanto de una manera individual como en grupo. El A.M. no excluye a ninguna corriente psicológica (psicología positiva, psicodinámica, Gestalt, humanista, sistémica, etc), como tampoco impone su uso. Enfocamos los temas sociales desde un punto de vista transaccional, considerando al usuario como actor y al arte como herramienta de mediación válida con la realidad, sin tener necesariamente que haber un antagonista o un problema.
El arte es una herramienta muy poderosa para situaciones difíciles de trasladar a palabras y para adquirir mayor autoconfianza. Se puede emplear en conflictos difusos (miedos, sensación de amenaza, falta de tono vital), pero sobre todo para estimular potencialidades personales (empowerment). Practicar arte moviliza la sensibilidad, la confianza en uno mismo, el afán de aventura y la inmensa consciencia de la fortuna de una vida plena.
El A.M. no es una terapia que persiga la cura de sintomatologías, sino que trabaja desde la parte sana de cada actor. Así, nos definimos como mediadores y no como terapéutas. El A.M. no se enfoca a una producción de obras estéticamente bellas y museables. El A.M. tampoco mitifica al artista genial, atormentado, caprichoso o desequilibrado.